Un escritor de estos tiempos
Si como decía Stevenson, nuestro deber en la vida no es tener éxito sino seguir fracasando con el mejor de los ánimos, Fadanelli lleva este pensamiento hasta el punto de un deber cumplido. Escritor de textos insolentes y desastrosos en su juventud, pero de gran calidad literaria (basta pasar revista a sus colaboraciones en el extinto suplemento cultural de Unomasuno cuando lo dirigía don Huberto Batis), autor de ficciones intensas, es también un ensayista poderoso, maduro y fatal. Los textos que conforman este libro gozan de una salud envidiable, son reflexiones sin grandes propósitos. Presentadas sin un orden previamente establecido, lo mismo tratan sobre el olvido que sobre las mujeres, sobre los jóvenes que sobre los libros.
El autor transita a la deriva sobre sus pensamientos, se detiene hasta la catatonia y se vuelve un observador meticuloso de cada circunstancia: la narra, la acaricia, la subvierte y la denosta, todo al mismo tiempo, con indiferencia y con ternura.
Páginas perdidas en la memoria de su autor, eso es lo que son estos ensayos, ejercicios luminosos que habitan un rincón en su mente, palabras sobre lo mundano que se vuelve insoportable, sobre lo mediocre que se establece como la guía de la mayoría de las vidas, sobre lo valioso de perder el tiempo, acerca de la sobriedad de no desear nada. Páginas perdidas y recuperadas sólo por la posibilidad de que se vuelvan un fracaso, de que tornen de nuevo a su inevitable derrota.
Testimonio diáfano y certero del espíritu y la curiosidad de su autor, estos ensayos son el filo oxidado con que se exhibe la inmundicia del momento actual de nuestra sociedad, sin tocar jamás los bordes de lo político y sin intereses pedagógicos, los textos que aquí se reúnen son la evidencia mas clara del pensamiento de un hombre que pese a lo que se pueda creer, se ufana en pertenecer a su tiempo.
«Reseña escrita por Víctor Fuentes, El Péndulo Condesa»
El temperamento ensayístico de Fadanelli incorpora las virtudes del arrojado y el perplejo: el al mismo tiempo aguerrido y minucioso. Apasionado al discutir con su propia época, el autor ha transitado por los altos picos de la ficción, las hondonadas de la memoria y los lodazales de la realidad. A últimas fechas, pareciera que el género de la reflexión ha tomado el proscenio de su escritura. Con ese medio, el novelista abre otros diálogos con sus obsesiones, da nuevas formas a esas fuerzas que lo espolean desde sus primeros libros. Instinto y curiosidad impulsan esta colección de divagaciones. El autor deja que el azar guíe su escritura y que su pesimismo afile cada argumento. Así descubre el absurdo y la desmensura que acompaña al fanatismo deportivo; se adentra en los caminos de la costumbre y la aventura -fuerzas contradictorias que tejen nuestras vidas- y advierte en la ambigüedad femenina una forma de clemencia que ayuda al hombre a comprenderse. La poética de estos ensayos es la carencia de metad o ambiciones. El paseo que es vagancia. Perderse en compañía. Un andar que no sigue instrucciones. El arrojo de quien no teme encontrar su propia imagen en la derrota diaria que la vida asesta a la humanidad.
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.