Criticado como explotador de obreros, asesino de campesinos y titiritero de políticos, William Jenkins fue el gringo que a los mexicanos más les gustaba odiar.
William O. Jenkins fue un niño granjero de Estados Unidos que se convirtió en el empresario más rico —y más controvertido— de México. Producto de la época de los "barones ladrones" como Carnegie y Rockefeller, Jenkins asistió becado a la Universidad de Vanderbilt, pero pronto la abandonó para fugarse con una joven sureña. En 1901 cruzó la frontera hacia el sur atraído por las promesas de la industria porfiriana.
Jenkins dedicaría seis décadas a la acumulación de una enorme fortuna. Durante la Revolución hizo préstamos predatorios a porfiristas vulnerables; también experimentó un roce con un pelotón de fusilamiento carrancista y un secuestro por zapatistas que estuvo a punto de provocar una intervención norteamericana. Después administró el ingenio azucarero más productivo del país y patrocinó el ascenso político de los Ávila Camacho. Durante la Época de Oro, fue un amo de la industria cinematográfica, controlando un monopolio de cines y una buena parte de la producción nacional.
A lo largo de estas páginas, el rigor historiográfico da cabida a la gran intuición del investigador con la que Andrew Paxman descubre a un personaje que influyó de manera decisiva en la historia moderna de México. En busca del Señor Jenkins es un relato contradictorio donde confluyen el espíritu emprendedor y las prácticas monopólicas, un individualismo temerario y los tratos oscuros con políticos, el amor a una mujer y el amor a los negocios. El itinerario vital de Jenkins le permite al autor seguir la transformación de la sociedad semifeudal mexicana en un poder económico emergente, revelando al mismo tiempo diversas tendencias del capitalismo en esta región, las relaciones entre las élites y la "gringofobia" que son evidentes hasta nuestros días.
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