El 2 de febrero de 1946, Sergei Mijailovich Eisenstein sufre un infarto y considera que la vida ha llegado a su fin. Prokofiev le convence, en la misma clínica del Kremlin, de que escriba sus memorias. Pocos días después, Eisenstein empieza un texto sobre su infancia, esboza los planes de otros capítulos y de los "bloques" teóricos ... todo en un estilo ya definido: una completa libertad para que "corra el pensamiento" y la pluma. En esos días, de paso, encuentra el título para su historia: Yo.
Es posible que el castellano le diera una distancia irónica, quitándole su "egocentrismo absoluto", y se hiciera presente también su nostalgia por México y su cercanía con Mayakovski. En este segundo volumen que publicamos de sus memorias, comienza preguntándose:
"¿Autobiografía?
Eso quiere decir escribir sobre uno mismo. Llevo unos veinte años escribiendo sobre los problemas del cine y, a decir verdad, escribo ante todo sobre un mismo tema: sobre mí mismo. Más exactamente, sobre lo que he tenido y tengo que hacer en la pantalla [ ... ] Tratas de escribir 'desde fuera' sobre tu propio trabajo, ya que desde fuera son pocos los que se disponen a analizar lo que tú haces.
E invariablemente resulta sobre ti, acerca de ti, desde tu interior….demasiado personal, detallado, íntimo y por lo general… iCon excesivo entusiasmo!
Lo mismo me espera en este momento. Aunque esta vez sea algo legítimo y fundamentado. No se trata de un artículo teórico-objetivo. Se trata de una autobiografía.
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