La tragedia es ridícula porque se encuentra siempre vigilante y al acecho al pie de nuestra puerta, y cuando aparece y nos hace trastabillar, cuando nos hace más conscientes de nuestra mortalidad, entonces no nos queda más que la risa, el escarnio, la burla ante el espejo. El azar ha sido el lazo que une la relación de Ulises, Adolfo, Olivia, Cristina y el Alfil, los personajes de ¿te veré en el desayuno? Todos ellos se encuentran en el centro de una ciudad que les sirve de vientre hostil, de madriguera, de geografía que habitar. Sus sueños o aspiraciones se tornan absurdos porque son reales y tienen consecuencias. Ellos mismos son la causa y el efecto marchito, ocupan las más distintas piezas del tablero humano, se sufren y se aman, pero su amor es una necesidad, una invención desesperada. Hoy, a tantos años de distancia, mi mirada no se ha modificado y al releer la novela encuentro que su gravedad continua afectándome, me atosiga y libera, me hace sentir parte de una familia que se extiende hasta el punto final de mi universo literario: lastres y victoria de la tragedia.
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.