Vimos en El pintor en la vida moderna la contraparte –especialmente en el flâneur, el paseante y observador citadino– del Caminar de H. D. Thoreau. Ambos textos son casi contemporáneos –se publicaron en la misma década, uno en Francia y el otro en Estados Unidos– y aunque pertenecen a especies distintas de caminantes, transitan por caminos paralelos, pero cercanos. El caminante de Thoreau observa la naturaleza, el de Baudelaire la ciudad. Frente y reverso.
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