"Los labios de la Sabiduría están cerrados, excepto para los oídos capaces de comprender".
De los labios a los oídos, el conocimiento ha sido transmitido entre unos pocos. Siempre ha habido en cada generación y en los diversos países de la tierra, algunos Iniciados que han mantenido viva la sagrada llama de las enseñanzas herméticas y que siempre han estado deseosos de usar sus lámparas para reencender las lámparas menores del mundo profano, en los momentos en que la luz de la verdad languidecía y se nublaba por la negligencia o cuando las mechas se obstruían con el advenimiento de materias extrañas.
Si eres un verdadero estudiante o discípulo, serás capaz de desarrollar y aplicar estos principios; si no, entonces debes convertirte en uno, pues de otro modo las enseñanzas herméticas serán solo como «palabras, palabras, palabras».
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