La carne y sangre de la historia
La sociedad occidental, como cualquier otra, no podría explicarse ni comprenderse sin analizar su pasado. En esa búsqueda, es muy común olvidar a los personajes para darle relevancia a los hechos, una ignominia, porque la historia no sólo está hecha de acontecimientos, también hay que comprender a los involucrados y asimilar sus pensamientos para poder entender el ayer de la humanidad.
El historiador Jacques Le Goff (Toulon, 1924) reunió a varios colegas para hacer un desglose de la Edad Media Europea y presentarnos a los hombres y mujeres que construyeron y transformaron su propia época para sentar las bases de la nuestra.
En este desfile de caballeros y damas medievales podemos encontrar desde reyes hasta santos, sin dejar de lado a guerreros, escritores, filósofos y aventureros. Por ello fue necesario hacer una separación por periodos:
De la Cristianización a Carlomagno (325-814). Esta es una época de transición, donde un grupo de clérigos como Beda, Isidoro de Sevilla y Casiodoro trataron de simplificar las enseñanzas cristianas y lograr así una mejor asimilación de esta religión. En este redescubrir, es importante el aporte filosófico que escritores como San Agustín y Boecio proporcionaron a los debates teológicos surgidos en esta época. Claro que todos ellos fueron auspiciados por monarcas como Teodorico y Brunegilda, que en esta lucha de poderes políticos también buscaban legitimar sus reinados con el supuesto apoyo de Dios. El personaje que da fin a este periodo obviamente es Carlomagno, hombre que sentará las bases ideológicas de todo el medievo europeo.
De Carlomagno al año mil (814-1000). En estos años la geografía europea empieza a parecerse más a la que conocemos hoy en día. Todo debido a la unificación que realizaron los descendientes de Carlomagno, quienes, al igual que gobernantes como Alfredo el Grande y San Esteban, se hicieron de grandes territorios para, supuestamente, evangelizar. Otro de los grandes personajes de este periodo fue Otón el Grande que traería a este cuadro europeo un pueblo que transformará para siempre el panorama de todo este lugar: los germánicos.
El apogeo medieval (1000-1300). Los avances tecnológicos en el campo, sumado a una pacificación de casi todas las zonas, trajeron consigo una bonanza económica que convirtió a los pequeños poblados en grandes ciudades. Estas urbes sentaron las bases para que monarcas como Guillermo el Conquistador, Ricardo Corazón de León y Alfonso X el Sabio crearan una compleja red administrativa capaz de reutilizar los recursos económicos para poder sacarles un mejor provecho. El campo que más se benefició con el auge económico fue el de los intelectuales. Son los años en que Hildegarda de Bingen, Tomás de Aquino, Santiago de la Vorágine, Giotto, Eckhart y Dante Alighieri logran crear sus grandes obras.
Disturbios y transformaciones (1300-1500). Después del auge económico del periodo anterior, Europa se ve envuelta en una escasez de materias primas y en una devaluación per cápita. El mejor ejemplo de las catástrofes económicas será el imperio de Felipe el Hermoso y los disturbios sucedidos en París, donde Étienne Marcel tendrá una actividad destacada. Otro de los sismas que atormentó este tiempo fueron las discrepancias en la sede vaticana, que llevaron a personajes como Juana de Arco a tener que morir por sus creencias. Este par de siglos tendrá como broche final a los aventureros como Enrique el Navegante y Cristóbal Colón que, con sus viajes, lograron llevar la cultura occidental más allá de sus barreras geográficas.
Este libro consta de un último apartado dedicado a los “Personajes imaginarios” como el Rey Arturo, La papisa Juana, Melusina, Merlín, Roldán y Robín Hood que, si bien no existieron en la vida real, son la muestra de las ideas y aspiraciones de una sociedad que buscaba una identidad común.
Los hombres y mujeres de la Edad Media fueron personajes que vivieron su época día a día sin percatarse que sus logros y derrotas transformarían el panorama histórico del que procedían. De este modo nos legaron no sólo una vasta cultura, también sentaron las bases de nuestro presente.
«Reseña escrita por Alejandro Díaz, El Péndulo Zona Rosa»
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