Todo escritor es artífice de dos obras esenciales: la escrita y su figura pública. Probablemente la primera no tenga consecuencias en la segunda; pero, si lo pensamos de manera invertida sucede que sus libros difícilmente pueden concebirse sin su persona. Jorge Luis Borges lidió con este problema a partir de sus cincuenta años cuando la fama le llegó inesperadamente, entonces se dio cuenta de que había dos yos en él: uno íntimo y el otro público.
Alberto Manguel —ensayista, traductor, crítico y novelista— expone como argumento principal de su libro la ceguera del escritor bonaerense, la cual sirvió para crear un vinculo entre ambos, pues por este motivo él acudía dos o tres veces por semana a su casa para leerle. Con un modesto lenguaje y dinámica erudición, somos atraídos al misterioso mundo de los libros, de los laberintos, de las mitologías escandinavas; lentamente percibimos que este libro más allá de ser un ensayo o una biografía es un homenaje.
De manera implícita, Manguel intenta descifrar el enigma que representa la personalidad polifacética de Borges. Así, recurre a su memoria para reconstruir escenas, diálogos y opiniones donde deja claro que su objeto principal es descubrir una figura uniforme de Borges; una imagen indivisible en multiplicidades engañosas.
«Soy, pero soy también el otro, el muerto », escribió el autor de El aleph hacia 1964 en su poema «Junín». De esta correcta aplicación de la idea de otredad podemos deducir que hay dos conceptos que juegan un papel importante, el «uno mismo» y el «otro». Si los trasladamos al presente caso corresponden al biógrafo y al biografiado. Observemos de manera literal el libro. Podemos atribuir el primer oficio a Alberto Manguel y, sin error, el segundo a Borges; pero para el lector dudoso se abre el panorama, pues cabe en él formular las preguntas ¿Cómo distinguir entre uno y otro? ¿Quién de los dos escribe esas páginas? ¿Quizá ambos? Para sondear las respuestas habrá que adentrarse en las líneas que nos ofrece este magnífico ensayista.
“Reseña escrita por: Irvin Payán, el Péndulo Perisur”
«Existe un vasto grupo compuesto por todos aquellos que alguna vez le leyeron en voz alta a Borges: pequeños Boswells que raramente conocen la identidad de los otros pero que, de forma colectiva, mantienen la memoria de uno de los más cabales lectores del mundo (...) Durante varios años, de 1964 a 1968, tuve la inmensa fortuna de contarme entre los muchos que le leían a Jorge Luis Borges. Trabajaba por las tardes, al salir de la escuela, en una librería anglo-alemana de Buenos Aires, Pygmalion, que Borges frecuentaba como cliente?» Con estas palabras inicia Alberto Manguel su libro homenaje al magistral escritor argentino. Un libro sembrado de emociones, vivencias y admiración. Con el estilo ameno y la erudición que le caracterizan, Alberto Manguel repasa en el baúl de sus recuerdos los momentos que compartió con el autor de El Aleph. Nos relata las lecturas y relecturas en voz alta de los libros que la ceguera le impedía escrutar. Las conversaciones y reflexiones de un Borges siempre sorprendente, su insaciable curiosidad y las sugerencias que le producían las mismas a Manguel. Magníficamente ilustrado con las fotografías de Sara Facio, Con Borges es un ensayo imprescindible para comprender las ambigüedades y simetrías de la ficción borgiana, siempre presidida por los arquetipos de la memoria, el tiempo y la eternidad. Un retrato del autor argentino que nos devuelve la fe en el poder, misterio y deleite del mundo de los libros.
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