Siempre quise ser lector. Siento la lectura como un acto secundario aleatorio en mi caso prescindible, pero creo que no podría vivir sin leer. La lectura es un acto solitario sin embargo su consecuencia lógica es el impulso de compartirla con otros, de tomar a un amigo por el brazo y llevarlo a ese pasaje que tanto nos conmovió, nos ilumino nos lleno de azoramiento o felicidad. Este impulso nació una tarde inconcebiblemente lejana alrededor de fuego, cuando empezamos a contar historias para compartir nuestras experiencias con otros y también aprender de sus experiencia, hoy seguimos contando historias, seguimos escribiendo por esas mismas razones.
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