Montes de Oca, Sicilia y del Pilar, María
El Chingonario le hace honor a un verbo que usamos diariamente, el verbo chingar es el mejor de los comodines para expresar prácticamente cualquier cosa, aquí algunos ejemplos:
¿A dónde chingados?
Esta expresión puede completarse con todas las conjugaciones posibles del verbo ir: voy a ir; vas, fuiste, piensas ir; va, piensa ir, fue, irá; vamos, iremos; fueron, van, etcétera.
Se recurre a esta frase cuando una persona —bastante encabronada—, cercana a otra, y con la autoridad suficiente para cuestionar su comportamiento, le pregunta —a su llegada— el motivo de una ausencia más larga de lo previsto.
– ¿Fuiste a ordeñar a la vaca o por qué tardaste tanto en comprar la leche? ¿A dónde chingados fuiste?
– Oye, niño, ayer llegaste a las 6 de la mañana y hoy otra vez quieres salir, ¿a dónde chingados piensas ir?
– A mí no me vas a ver la cara: ¿a dónde chingados crees que vas?
Bonita chingadera
Esta expresión, para surtir efecto, debe entonarse con ironía. Si se lee literalmente, podría tratarse de un oxímoron: una chingadera bonita; pero la verdad es que expresa reproche y una infinita decepción; algo así como «tanto para nada».
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