Hitchcock, Pat y Bouzereau, Laurent
´Pido permiso para mencionar por su nombre únicamente a cuatro personas que me han dado todo su cariño, su reconocimiento, sus ánimos y su constante colaboración. La primera de las cuatro es una montadora cinematográfica, la segunda es una guionista, la tercera es la madre de mi hija Pat, y la cuarta es la cocinera más excelente que haya obrado milagros en una cocina doméstica, y el nombre de las cuatro es Alma Reville. Quiero compartir este premio, como he compartido mi vida, con ella.´ Es la parte de el discurso de agradecimiento de Alfred Hitchcock al recoger el premio a toda una vida concedido por el American Film Institute en 1979. Por entonces hacía mucho que Alma Reville (1899-1982) había dejado atrás sus años como pionera del cine mudo para convertirse en la mejor consejera de su marido y la única persona a quien éste sometía sus películas hasta el último detalle. No en vano un crítico escribió: ´ El toque Hitchcock tenía cuatro manos, y dos eran las de Alma´.
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