“La fuerza del espíritu, la constituye toda la atención.” La filosofía de Simone Weil (1909-1943) desarrolla esta afirmación al hacer de la atención la clave para una acción justa y eficaz. Sin embargo, para hacer verdadera esta atención parece algo imposible. No es sólo que el espíritu humano deteste ejercerla, sino que existe toda una serie de opresiones sociales que la aletargan. Este libro desarrolla, de manera clara, el ejercicio de la atención que proponía Weil, una de las filósofas más importantes de principio de siglo, una autora considerada de culto y poco traducida al español. Este libro busca no sólo ejercer una filosofía de la atención, sino también, restaurar una idea vital para comprender el exigente mundo que nos rodea.
Comprender a Simone Weil, la Virgen Roja, como la llamaron fraternalmente sus amigos comunistas, no es fácil. ¿Cómo entender a esa judía que jamás formó parte del judaísmo, a esa muchacha que sin ser comunista comprendió a cabalidad a Marx y discutió, con una lucidez y una libertad poco comunes, con los mejores intelectuales marxistas, criticó sus traiciones y participó en las movilizaciones obreras de los años treinta? ¿Cómo entender a esta no-violenta más próxima a Gandhi y a su discípulo Lanza del Vasto, con quien vivió una profunda amistad que dejó su patria para luchar al lado de Durruti y de los anarquistas españoles? ¿Cómo entender a esa gran enamorada de Cristo que jamás hizo parte de la Iglesia y siempre se negó a bautizarse? ¿Cómo, incluso, entender su muerte a los 34 años en el hospital de Ashford, Inglaterra, cuando, después de infructuosos intentos para que se le permitiera formar un cuerpo de enfermeras que asistiera a cualquier herido en el campo de batalla de la Segunda Guerra Mundial, sólo aceptó comer lo que un soldado en la trincheras comía, o directamente se negó a ingerir alimentos?
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