LA MONUMENTAL OBRA MALDITA DEL CÓMIC ESPAÑOL «El rock tiene a Nick Cave. La literatura a Charles Bukowsky. Si en España tenemos un artista maldito con final feliz dentro del mundo del cómic y la ilustración, ese puede ser el Santiago Sequeiros de 2021.»
Octavio Beares, VigoÉ «El tebeo maldito que ya es todo un mito y [que respira] el swing perverso, lúdico y lúbrico de Boris Vian, ese ritmo trepidante de un jazz envenenado. [...] Superior, carnavalesco, libérrimo.»
José S. de Montfort, The Objective Preludia la orquesta, la batuta del dios muerto silencia el patio. Da comienzo la Semana de Pasión en la ciudad expresionista, decadente, libidinosa y mórbida de La Mala Pena. Los tejados antiguos muerden la losa del cielo negro. Las cofradías se arrastran por las calles bajo la lluvia de orujo que parpadea. Los críos juegan en el cementerio, el único lugar que permiten los adultos. Y en el osario de las lápidas, se da sepultura a la Mamá Grande, antigua gobernanta, dulcísima madrastra de esta ciudad consagrada a la transgresión y al desamparo. En algunos barrios se asientan locales de ludibrio y vergüenza, purgatorios recreativos como El Seno Picudo, de donde entran y salen, a deshoras, extraviados personajes obligados a apaciguar su feroz apetito. En la televisión, el Noticiero Crepuscular relata que la investigación de varios homicidios quizá conduzca a un conocido fenómeno de circo que actúa como un asesino en serie. Como un lector que mira desde las viñetas un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir, así mira aquella masa de edificios prohibidos quien podría ser protagonista de esta extraña historia. Lo hace desde la ventana del hotel desvencijado que custodia, un hotel repleto de escombros e infinitos pasillos, recorrido por espectros que relamen su sombra y su sufrimiento. Hablamos de Romeo, conserje alcoholizado. Sin embargo, en este escenario poblado de nazarenos macilentos, pederastas, tullidos, pirómanos, enanos volatineros y profanadores de cadáveres, debe abrirse paso también un infalible detective, una gloria local enfundada en una máscara de cuero: es católico, es masoquista, tiene un chocho y se llama Ambigú. Tras más de veinte años de elaboración, llega la obra maestra de Sequeiros. Un álbum gráfico espectacular y gigantesco, lleno de sueños muertos que se pudren en sus propios sueños con el cuidado de un orfebre demente y acabados de lujo. La crítica ha dicho...
«Qué libro tan bonito, tan desgarrador, tan impresionante. Es fácil perderse en La Mala Pena, la ciudad expresionista, decadente y lujuriosa, cruce de purgatorio y pudridero, que es el escenario de todas las obsesiones del autor. Romeo Muerto es un libro cíclico que empieza en las guardas y no tiene fin, o yo no se lo encuentro. [...] Sequeiros es un monstruo y este álbum, el culmen de sus obsesiones y temores, una hermosa monstruosidad. La poesía y los excesos se dan la mano en una obra inclasificable, metáfora de lo vivido y del universo imaginado del genio Sequeiros.»
Rosa Martí, Esquire «La pesadilla de Sequeiros no dejará indiferente a nadie. Gráficamente está trabajada hasta dar fiebre. Y es innegable que es oscura y a ratos enfermiza, pero también divertida, porque al fin y al cabo, ¿qué son los cómics, sino divertimento?»
Pablo Herraiz, El Mundo «La catarsis cruel y poética de Sequeiros: pido al lector se deje arrastrar por la poética que desprende este Romeo muerto, del que ni el autor ni el lector pueden salir indemnes.»
Felipe Hernández Cava, El Cultural «La Mala Pena, [...] un Macondo lúgubre y asfixiante, [en el que Sequeiros] vuelve sobre lo ficticio y la pulsión real que lo alimenta. [...] A la vez una promesa y un maldito.»
Tereixa Constenla, El País «Los dibujos de Sequeiros son del mismo orden que las orgías, rituales iniciáticos de toda gran Religión. Y Sequeiros es, a la vez y de alguna manera, lo que dibuja; alguien que desborda todo cuanto se captura, incontrolable, como todo Genio.»
Leyre Khyal
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