Sólo en un museo he podido disfrutar la frescura de la pintura, de la pintura viva, tal como la aplicó la mano del pintor: en Madrid, en el Prado, ¡menudo museo! El más bello de cuantos conozco. En sus salas, rodeado de esos Tiziano, esos Rubens, Velázquez, Tintoretto que parecen haber sido pintados la misma víspera, que desprenden tanta fuerza, tanta luz, tanto color, la emoción me pudo y lloré; lloré sin poder contenerme; no pude evitarlo.
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.