En su exitoso libro de crónicas, El pericazo sarniento (selfie con cocaína), Carlos Velázquez le dedica un capítulo, homenaje retador, a Adrián “El Negro” Román, que titula “La paleta payaso”: “Negros hay muchos”, dice, como una especie de justificación del apodo. La observación de Velázquez no es una ocurrencia sacada del compadrazgo y la hermandad que forjan las borracheras y las líneas de coca. Es decir: cronistas, hay muchos, pero pocos tienen la disposición de llevar este género a territorios alterados y hostiles. En la escritura de Román se lee el periodismo gonzo, pero sin la vanidad testaruda de hacerse pasar por el héroe de las franjas olvidadas del progreso urbano. Tampoco es la bitácora de viaje de un junior que se pagó un safari marginal con la tarjeta de crédito de su papi.
Las crónicas de Adrián “Paleta Payaso” Román son producto de la honestidad, de las circunstancias que, muchas veces, uno no escoge. Son exploraciones precisas de esos mundos imposibles que sólo se vuelven factibles a costa de las trampas sociales de un sistema perverso que encumbra las ambiciones individualistas y el egoísmo. La Paleta Payaso las vive con una especie de resignación y comparte sus vivencias sin filtros, descaradamente humanas, con una especie de altruismo que es una declaración de principios.
Discos Cuchillo reúne estas crónicas por primera vez como muestra de su firme compromiso con la independencia como la única forma de respetar la crónica o “no ficción”.
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.