Un parteaguas en estudios olmecas
Jacques Soustelle (1912-1990), además de ser un gran antropólogo, ejerció una ardua labor política. Colaboró en la resistencia francesa y alcanzó el cargo de gobernador de la Argelia Francesa en 1955, pero su apoyo a la independencia de esta colonia lo condenó a un exilio de siete años; a su regreso, ejerció el cargo de diputado por el condado de Lyon. En su vida académica hay que resaltar que fue director del Museo del Hombre y recibió por parte del gobierno mexicano el Premio Alfonso Reyes, por sus estudios sobre el área mesoamericana.
Especialista en las culturas Maya, Olmeca y Azteca, Soustelle fue partícipe de los grandes descubrimientos arqueológicos y de la transformación del estudio sobre las culturas precolombinas que se dio a mediados del siglo pasado. Como alumno destacado de la escuela de historiadores europeos, supo reconocer los problemas principales de la investigación sobre los pueblos mesoamericanos. Los resolvió englobando las distintas culturas de este territorio en un ente no homogéneo, pero que compartía rasgos comunes y mantenía un constante flujo de ideas. Para lograrlo se valió además de la antropología, de la historia y de los datos arqueológicos, y comprendió que el estudio del pasado no puede sustentarse en una sola materia, que hay que buscar aquellos datos complementarios que puedan aportar las otras disciplinas, sin dejar de ver la perspectiva propia.
Aparecido por primera vez en 1984, el libro Los Olmecas fue un parteaguas en cuestión de historia mesoamericana. En él se reúnen los principales datos sobre esta cultura, cuyos orígenes se buscan en la región de Los Tuxtlas, en Veracruz, de donde partieron hacia Tabasco para crear sitios como La Venta y San Lorenzo. Al conocer las grandes culturas precolombinas, Soustelle supo reconocer aquellos rasgos afines a los olmecas, rastrearlos a lo largo del tiempo, y así sustentar que esta cultura fue la madre civilizadora de las posteriores, como la Maya o la Zapoteca. Con los pocos datos a su alcance, pero con un sabio manejo de ellos, Soustelle analizó la vida cotidiana olmeca, su religión, su incipiente política, sus amplios conocimientos sobre el calendario y los primeros pasos para la arquitectura monumental, rasgos que heredarían a toda Mesoamérica y algunos otros confines.
Si bien los estudios actuales han demostrado algunos errores de Soustelle sobre datos arqueológicos, fechas y sobre la escritura olmeca, no debemos olvidar que este trabajo fue publicado hace casi 30 años y que ahora tenemos el gusto de volver a tenerlo en nuestras manos. Además, como advierte Ann Cyphers en la introducción de este libro: “No hay que esperar a que se publique la historia final de los olmecas, porque nunca aparecerá. El recorrido por los caminos de la arqueología olmeca no tiene fin, es el viaje lo que apasiona.”
Reseña escrta por Alejandro Díaz, El Péndulo Condesa
Largo tiempo ignorada, la civilización olmeca aparece como la más antigua del continente americano. El reconocido americanista Jacques Soustelle traza el perfil de los olmecas, mostrando sus orígenes y describiendo su cultura, al tiempo que señala su influencia en otras civilizaciones prehispánicas, más afortunadas, cuya presencia todavía tenemos entre nosotros.
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