¡No soy Caperucita Roja!Pero me puse mi bufanda roja, tomé una canasta y me fui al bosque. Y en el bosque me encontré a un oso blanco.-¡Qué traes en la canasta? -me preguntó.-Nada, recojo nieve, blanca nieve. Más blanca que la leche, más ligera que las nubes y más fresca que la nieve de limón -le dije.Ésta historia llena de poesía. Una historia sobre el apego y el desapego en la vida, entendida aquí y ahora.
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