La familia y la escuela retiraron al niño de la sociedad de los adultos. La escuela encerró a una infancia antiguamente libre en un régimen disciplinario cada vez más estricto. La demanda de la familia, de la Iglesia, de los moralistas y de los administradores privó al niño de la libertad que gozaba entre los adultos. Esta demanda les infligió el látigo, el encierro y los castigos reservados a los presos de menor condena, -en los siglos XVIII y XIX condujo a la reclusión total del internado.
Sin embargo, este rigor reflejaba otro sentimiento distinto de la antigua indiferencia hacia la infancia: un amor obsesivo que dominó a la sociedad a partir del siglo XVIII. No es difícil comprender que esta invasión de la infancia en las sensibilidades haya provocado fenómenos, en la actualidad muy conocidos, tales como el maltusianismo y la regulación de nacimientos, los cuales aparecieron cuando la familia acababa de reorganizarse en torno al niño y levantaba entre ella y la sociedad el muro de la vida privada.
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.