Igor Caruso identificó los orígenes de la socialización en el estadio prenatal, durante el cual los contactos con la madre ya existen de muchos modos, de manera que la aceptación o el rechazo consciente o inconsciente del niño en formación adquieren un significado nada despreciable. Ya en esta fase se desarrolla el narcisismo primario que, como es sabido desde los inicios del psicoanálisis, es la fuente básica de toda relación amorosa.
Así pues, esta etapa narcisista primaria que abarca hasta los dos primeros años de vida es la basa de una unión feliz entre madre e hijo que, a su vez, representa para el niño el fundamento para otras relaciones sociales. Si este narcisismo es perturbado en el período prenatal o en el inmediatamente posterior, todos los mecanismos sociales subsiguientes se desquiciarán. La consecuencia es la "catástrofe autística", la orientación neurótica hacia las formas narcisistas siguientes.
Caruso también estudia la problemática de las funciones de "yo-nosotros" y de adaptación, factores de socialización que sólo pueden ser efectivos y experimentarse de manera positiva cuando la primera fase narcisista ya ha transcurrido con éxito.
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