El progreso social puede verse como un objetivo a alcanzar o como una amenaza de la que conviene apartarse. En décadas recientes hemos atestiguado el declive de la pobreza mundial y el arribo de la democracia a numerosos países, la ampliación de programas de salud y educación, con innegables mejoras en la esperanza y la calidad de vida, pero a la vez reina una atmósfera de escepticismo sobre la posibilidad —y la conveniencia— de inducir un progreso social como el alcanzado por las sociedades más desarrolladas, con su cauda de desigualdad y sus costos ambientales. En busca de soluciones a los problemas globales, el Panel Internacional sobre Progreso Social reunió a más de 300 científicos sociales para que, con base en estudios novedosos, con una vocación multidisciplinaria y una mirada prospectiva, revisaran numerosas opciones de cambio social a largo plazo, exploraran los retos actuales y propusieran formas de mejorar las principales instituciones de las sociedades modernas. De ese trabajo colaborativo surge este manifiesto –redactado por Marc Fleurbaey, junto con Olivier Bouin, Marie-Laure Salles-Djelic, Ravi Kanbur, Helga Nowotny y Elisa Reis–, en el que el ánimo utópico convive con el pragmatismo, en el que la búsqueda de justicia es compatible con el fortalecimiento de actores clave, como la empresa o el mercado. La conclusión es simple y a la vez entraña enormes complicaciones: sí es posible una sociedad mejor pero urge armonizar diversas fuerzas. Para lograr un cambio cultural de grandes proporciones, se requiere una audaz mezcla de idealismo y sensatez. Es lo que este manifiesto ofrece.
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.