En las violencias de género no son las mujeres las que tienen un problema que resolver, ni la responsabilidad de educarnos. No están en ellas las respuestas sobre los machismos, sus orígenes y efectos, sino en quienes se quieren deconstruir para dar paso a nuevas masculinidades. Así que habrá que ponernos creativos para dejar de ser machos, sin dejar de escucharlashablar de nosotros y nuestras conductas. Este esfuerzo por reconciliarnos entre los géneros, deconstruirnos y reeducarnos como personas capaces de conversar, amar y respetar las libertades de las mujeres será censurable para algunes, porque un hombre (yo, supuestamente hombre, je) escribe acerca de los feminismos. ¡Escándala! ¿Qué carajo tiene que hacerun cabrón en terrenos feministas con el pretexto de conocer los orígenes del machismo y cómo transformarse a sí mismo?
Ojalá en el camino vayamos juntes al mismo destino: respetar, de una vez por todas, las libertades de las mujeres y vivir en equidad. Al cambiar nosotros podremos exigirque los otros actores familiares, comunitarios e institucionales en (lo que queda de) México lo hagan también.
¿Cómo dejar de ser un macho?
Es hora de escuchar, pensar y decidir.
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