Lisboa rima con Pessoa
Para quien descubre Lisboa llegando por mar, a decir de Fernando Pessoa (Lisboa 1888 - 1935), la capital portuguesa surge como “una límpida visión de un sueño”. La tierra del poeta se dispone a recibir al viajero extendiendo el multiforme mantel citadino desde sus siete colinas. Sí, por extraño que parezca, se trata de una guía de viaje, sin versos ni heterónimos; a pesar de ello, la prosa se resiste a ser tan rígida y por momentos busca acomodo en las formas literarias.
El autor de Libro del desasosiego nos invita a subir a un automóvil cuyo conductor será el escritor mismo, ni más ni menos. Una vez abordo comienza el interesante recorrido por los caminos ya andados de Pessoa. Al paso del vehículo, las plazas, los monumentos, los museos, las iglesias y más, parecen cobrar vida y develan su historia cuando la voz de nuestro guía resuena en sus muros. El poeta, entusiasta, demuestra conocer “de pe a pa” cada punto que nos describe, nos refiere lo que es, quiénes lo construyeron, qué sucedió allí y hasta el horario de visitas, tal como sucede ahora.
La ausencia de fotografías de la época, principios del siglo XX, se compensa con el estilo del texto, capaz de instalar imágenes en el lector. Es posible que un viajero de nuestros días crea que de nada le servirá un documento tan viejo: se equivoca. El valor de este volumen radica en la posibilidad de conocer cómo era la vida social en aquellos años para cotejarla con la actual, inscribiéndonos con conocimiento de causa en el devenir lisboeta, además de percibir el amor de Pessoa por una ciudad a través de su experiencia. Resulta curiosa la atención que nuestro guía pone a los detalles, como los del arte sacro en las múltiples iglesias y, sobre todo, la minuciosa descripción que hace del Museu dos Coches, creado por iniciativa de la reina Amelia de Orleans.
Concluido el recorrido, descendemos del automóvil para andar por las calles como un auténtico flâneur que sabe buscar y reconocer los sitios que no importan al simple turista. Hay una última sugerencia para ocupar la noche: el Maxim’s o Club de Restauradores, donde se presentan artistas de diversos géneros y otras atracciones. Luego de haber disfrutado la ciudad más occidental de Europa, a la mañana siguiente, no queda otra cosa que: “Despertar de la ciudad de Lisboa, más tarde que las otras”.
«Reseña escrita por Gamaliel Valentín González, El Péndulo Perisur»
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.