Colli y la interpretación de los clásicos
Al inicio de El nacimiento de la tragedia, Nietzsche recuerda una vieja anécdota en la que el Rey Midas captura al sabio Sileno y le pregunta por aquello que es mejor para el hombre, a lo que el sabio contesta: “Estirpe miserable de un día, hijos del azar y de la fatiga, ¿por qué me fuerzas a decirte lo que para ti sería muy ventajoso no oír? Lo mejor de todo es totalmente inalcanzable para ti: no haber nacido, no ser, ser nada. Y lo mejor en segundo lugar es para ti, morir pronto.” Con esto se resume la concepción trágica de la vida en la Grecia arcaica. No era que por esto los griegos despreciaran vivir, sino que asumían la necesidad de crear, de hacer arte, de representar la vida misma para lograr la catarsis a través de la tragedia y así darle sentido al vivir.
La transición entre el pensamiento trágico, ligado al destino y a los dioses, y el pensamiento filosófico está marcada en buena parte por Parménides y Gorgias, pasando por Zenón. El primero, con su Poema, introdujo uno de los enigmas más intrincados de todo el pensamiento humano: el ser. Inmerso en la dialéctica, entendida como una conversación entre dos —claro está—, Parménides sostenía que sin contraposición entre afirmación y negación no era posible demostrar nada; por lo tanto, la contradicción resultaba más que necesaria.
Un poco después, Zenón esbozó el nihilismo que Gorgias declaró contundentemente así: “Nada existe; aunque algo exista es incognoscible; de ser cognoscible, no se puede comunicar ni explicar”. Gorgias, buen practicante de la dialéctica, encarnó el decaimiento de ésta y, por otra parte, el encumbramiento de la retórica. El transito de la oralidad a la escritura supuso el cambio del debate público por el soliloquio; esto marcó el camino para el nacimiento de la filosofía.
Gorgias y Parménides es el testimonio escrito de las lecciones impartidas por Giorgio Colli sobre este par de pensadores entre 1965 y 1967 en la Universidad de Pisa. Dichos cursos no eran muy concurridos, al parecer por el hecho de que Colli gustaba de trabajar con textos en lengua original, de modo que quienes sostenían una verdadera dialéctica con éste provenían del campo de la filología clásica. A pesar de ello, un alumno, Ernesto Berti, ajeno a los ya mencionados, recopiló en varios cuadernos gran parte de las palabras del filósofo italiano. Más tarde los apuntes pasaron por las manos del propio Colli, quien los leyó e hizo algunas correcciones. De este modo, mediante la edición de los textos ya tratados por Colli, fue posible la publicación en italiano de este libro que ahora ha sido traducido al español. Dos importantes pensadores del mundo clásico bajo la mirada de uno de los más destacados filósofos del siglo XX.
«Reseña escrita por Gamaliel González, El Péndulo Perisur»
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.