"Hay tres hechos que el libre albedrío del hombre no puede cambiar: el nacimiento, la muerte y el amor". La voluntad se ve desplazada por los acontecimientos que de verdad transforman nuestra existencia.
En La gaviota, novela recién traducida del entrañable escritor húngaro Sándor Márai, se cuenta una historia arrebatada de amor. Fuera de toda cursilería, Márai sitúa al sentimiento oceánico entre el destino y el albedrío, allí donde se pierde la razón y las formas de entendimiento. Allí donde la muerte está al pendiente para robarle a la vida.
Ella, hermosa extranjera de piel blanca, viene de lejos, "avanza flotando como las gaviotas que sobrevuelan ciudades en llamas e impenetrables parajes humanos". Aparece en la vida de un hombre solitario que anteriormente perdió un amor importante. El encuentro parece más bien un retorno. Hay cosas familiares entre ellos, sentimientos conocidos.
Ambientada poéticamente en Budapest, entre la nieve, El Puente de las cadenas y sus gaviotas, el frío de invierno, la elegancia de la ópera; La Gaviota se suma al notable cuerpo novelístico de Márai, para confirmar que es un maestro en la construcción de bellas historias.
Sugerido por Francisco Goñi
Alto funcionario ministerial, culto, solitario y seguro de sí mismo, el hombre acaba de dictar una orden de enorme trascendencia, una decisión que en cuestión de horas afectará inexorablemente a millones de personas. Sin embargo, su aparentemente inmutable serenidad se resquebraja con la inesperada aparición de Aino Laine, una hermosa joven finlandesa de nombre poético y que tiene un parecido asombroso con la única mujer que el hombre amó, fallecida años atrás. Entonces, contra lo que aconsejan la prudencia profesional y el decoro, éste invita a la joven desconocida a acompañarlo esa misma noche a la ópera. Da comienzo así entre ambos un diálogo íntimo y profundo, un juego de seducción no exento de riesgos, donde la pasión, la nostalgia y la fuerza destructora del destino obran una perturbadora transformación en el sólido equilibrio burgués de un hombre sensato y honorable.
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