De Kant en adelante, la tarea más urgente de la filosofía ha sido responder al interrogante ¿dónde estamos parados? Con Foucault, se trata de ¿cómo estamos parados? Lejos del retiro antipolítico que se le imputa al “último” Foucault, lejos de cualquier gimnasia pacificadora, se trata de las posturas y los ajustes que abren el cuerpo a otra historia de lo político, la historia de otra praxis. La filosofía como ejercicio corporal: manasana o postura del pensador. Tomar posición, crear posición: ontología de la actualidad.
Los seminarios que componen el presente volumen trabajan en detalle con los textos y los cursos elaborados por Michel Foucault entre finales de los años setenta y el año de su muerte. En este período, Foucault delinea un movimiento del pensamiento con el que Sandro Chignola, por su parte, experimenta desde hace años en su propia práctica teórica, implicada en los movimientos migratorios como líneas de fuga subjetivas, deseos en acto.
Se trata del desplazamiento de la analítica foucaultiana del poder hacia el terreno de la gubernamentalidad. El itinerario griego: elíptica gubernamental; producción del sujeto, parresia, procesos de subjetivación y estilos de vida. Elaboraciones que también se incorporarán en Marx, con la fabricación del cuerpo obrero, y en Weber, con las formas de vida y la reivindicación del trabajo intelectual como ética, como estilo.
Más allá de Foucault, Chignola imprime a su vez dos ajustes vitales: el contrapunto con Agamben –en quien advierte posiciones “pasivizantes”– y una hipótesis estoica, en el nervio de su práctica, que indaga en otros modos de vida ya-no-humanos –y sin embargo posibles– en acuerdo con la naturaleza; una torsión “comunitarista” que abre los conceptos de la filosofía política a otra modernidad. La filosofía comopráctica transformadora.
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