Desierto de nieve
Tal vez Rusia sea uno de los países del que menos sepamos aunque haya muchas referencias a su cultura, desde su presidente Vladimir Putin, sus escritores Dostoievski, Chejov y Tolstoi, su vodka o sus tenistas. Rusia, pese a todo sigue siendo una gran incógnita. ¿Cómo está conformado el territorio? ¿Qué significa vivir en una nación que llegó a rivalizar con Estados Unidos? ¿Qué fue de ese esplendor comunista?
La fiebre blanca es una respuesta a esa y otras interrogantes que nunca nos habíamos planteado. Es por eso que el periodista polaco Jacek Hugo-Bader decide hacer la odisea de su vida y recorrer en un UAZ 469 (Ulianovzkyi Avtomobilnyi Zavod), el conocido como jeep soviético o el kruzak ruso, por las estepas y ciudades rusas. El viaje no es un recorrido normal de vacaciones. Por diferentes razones es un tour casi mortal: tres de las seis más peligrosas carreteras del mundo se encuentran en Rusia (el Espinazo del diablo, en Durango, es otra de ellas); la cantidad de armas sueltas que quedaron luego de la desintegración de la URSS, la corrupción de la policía, el racismo, la mafia rusa y por último y tal vez lo más importante, el frío extremo.
Hugo-Bader nos cuenta los arreglos que tuvo que realizarle a su auto para mantenerlo siempre apunto y que no lo dejara tirado en aquellos desiertos de nieve donde una noche de frío significa la muerte. Le instaló una suerte de cocina interna que mantiene una temperatura ideal y además evita que el aceite se haga un líquido espeso y con esto el motor no reaccione. En esas temperaturas extremas, hasta la forma de orinar se convierte en todo un arte; porque no es cosa de salir y abrirse la bragueta. A esta necesidad le dedica un par de páginas ya que es necesario saber quién pasó por ahí.
Hugo-Bader dedica un capítulo a todos y cada uno de los problemas que presenta la Rusia actual, poniendo en entre dicho el libro “Reportaje desde el siglo XXI” comisionado a unos científicos soviéticos que proyectaron cómo se viviría en jauja gracias al sistema comunista. Los inocentes científicos prospectaban un calefactor enorme para la capital Moscú y la erradicación de todas las enfermedades existentes en aquellos tiempos.
La realidad rusa es muy diferente. Jacek Hugo-Bader muestra una baraja que incluye a parejas enfermas de SIDA que viven juntas desde hace haños, el racismo supremacista, sobre todo aquel que no es eslavo, la descomposición social proveniente de la corrupción comunista, las comunidades rurales que se han volcado a una religiosidad que raya en el ludismo, el punk y el jipismo como formas de reventar al sistema y muchas, muchas aristas más.
Sumado a una traducción en español mexicano, alejado de los vicios de castellano anagramés, cosa que hace disfrutar aún más este libro de viaje.
«Reseña escrita por Iván Farías, El Péndulo Polanco»
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