Una historia posible
Durante más de veinte años Elisabeth Fritzl es encerrada contra su voluntad en un búnker construido bajo su casa. El raptor es su propio padre. Es el año de 1984 y Elisabeth cuenta apenas con dieciocho años, y no será liberada sino hasta que tiene cerca de cuarentaidós, junto con Kerstin (que agoniza a punto de morir), Stefan y Felix, sus hijos.
A lo largo de todo ese tiempo, Josef Fritzl, el perpetrador de este rapto, tiene a su disposición a su hija y la viola innumerables veces, concibiendo con ella un total de siete hijos; tres vivirán en cautiverio secreto en el búnker, tres más en la superficie, uno morirá.
Esta historia real, ocurrida en la ciudad de Amstetten en Austria y que salió a la luz pública en abril de 2008, inspiró a Paolo Sortino para escribir Elisabeth, su primera novela. En palabras del autor, esta historia es meramente ficción, y sólo será un ejercicio imaginativo acerca de este hecho, quedando "su Elisabeth", como él la llama, como una mera posibilidad. Mas esta historia posible está bastante bien realizada.
De todos los estilos que Sortino pudo haber elegido para escribir su novela, eligió el más desconcertante de todos: el neutro. Carente de todo juicio moral, algo verdaderamente inusual en una historia de este calibre, el autor despliega una narrativa llana y profunda para tratar de mostrar en lo más hondo a sus personajes. Sin justificaciones patológicas, sin excesos poéticos, sin exégesis aventuradas, Sortino hace una interpretación extremadamente sugerente de esta historia, interpretación que dejará inerme al lector ante una perspectiva que jamás imaginó posible en un hecho de esta magnitud.
Con esta neutralidad el autor describe el reducidísimo espacio del búnker, describe también los aconteceres diarios entre Elisabeth y Josef, los avatares que éste tuvo que sortear para ocultar a sus hijos que conservó en el búnker y las artimañas que realizó para poder conservar a los otros viviendo con él en la superficie. La novela avanza y con ella los años de cautiverio de Elisabeth, pero también la intuición del lector de que ahí se está fraguando una historia inextricable, algo verdaderamente inaudito que se escapa de las normas de la razón debido a esa descripción desvalorizada que hace el autor.
Solamente hacia el final de la novela, cuando Josef Fritzl es descubierto por la policía, hay un leve sesgo de pronunciación por parte de Sortino: toda la sociedad que juzga este acontecimiento siente el horror de la historia, y no se les ocurre, ni por un momento, tener en cuenta el "sentir humano" —por así decirlo— que desarrolla Elisabeth y sus hijos hacia su padre, un "sentir humano" sumamente desviado como para ser aceptado como tal, una arista demasiado tabú que se aferra a no ser considerada por la sociedad, ni siquiera en pensamiento...
De Paolo Sortino sabemos que nació en Roma en 1982. Es de la estirpe de escritores que recorren el mundo teniendo un sinfín de oficios: estudió en la Saint Louis Jazz School de Roma, fue guardia de seguridad en Sotheby's, investigador de mercados en Ipsos, lector de italiano... Aquí tenemos su magra y triunfal aparición en el mundo editorial. Esta su primera novela, aparecida originalmente en la editorial Einaudi en 2011, ha sido bien recibida por la crítica, especializada o no, y en apenas poco más de un año tiene ya su primera traducción al español.
«Reseña escrita por Juan Carlos Sánchez, El Péndulo Web»
Esta turbadora novela reconstruye uno de los casos de la crónica de sucesos más atroces de estos últimos años: en agosto de 1984, en una pequeña ciudad austriaca, Josef Fritzl rapta a Elisabeth, su hija de dieciocho años, y la encierra en un búnker nuclear proyectado por él y construido en los cimientos de su propia vivienda. La mantendrá prisionera durante casi veinticuatro años, y de las repetidas relaciones incestuosas a las que la obligará nacerán siete hijos. Elisabeth es la protagonista absoluta de una historia que agarra al lector y lo lanza a un laberinto de amor y locura, de terror y deseo.
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