Alan Bennett (Leeds, 9 de mayo de 1934), egresado de la universidad de Cambridge, ha logrado consolidar una carrera actoral con constantes participaciones para la BBC y presentaciones en distintas obras teatrales. A la par de su trayectoria histriónica, empezó a escribir guiones para programas de radio y piezas dramáticas, algunas, como “Habeas Corpus”, han sido llevadas al cine. Sin embargo, su producción como literato es apenas reciente, su primera novela “The Laying on of Hands” salió a la luz en el 2000.
Bennett es un heredero nato del mejor humor británico, esa fina sátira que podemos encontrar desde Shakespeare hasta Dahl, que se han encargado de enmarcar lo patético del ser humano y mostrarnos cómo muchas de las situaciones más penosas de nuestra vida, vistas en retrospectiva o en carne ajena, pueden ser muy graciosas.
Por ejemplo, sus “Dos historias nada decentes”. En la primera nos encontramos con la Señora Donaldson, una mujer viuda que ha decidido solventar sus problemas económicos al rentar un cuarto de su casa a una joven pareja de estudiantes, Laura y Andy. Además de conseguir un empleo haciéndose pasar por enferma, para que los doctores, entre ellos Laura, practiquen sus habilidades. Este giro que ha dado a su vida la reconforta; haber roto con una rutina de más de 30 años y demostrarle a su hija Gwen que puede seguir activa a su edad la llena de nuevos bríos. Pero cuando Andy y Laura le proponen pagarle los meses que le deben de renta con un espectáculo poco común, verlos teniendo sexo, la Señora Donaldson se enfrentara a una situación que la rebasa, pero que le atrae.
La otra historia nada decente es la de Graham, un joven y apuesto casanova que ha decidido casarse con Betty, una chica rica pero poco agraciada. Esta situación molesta a la Señora Forbes, madre de Graham, que no entiende como su hijo puede casarse con alguien que no está a la altura de las expectativas que ella ha creado. Lo que no sabe la Señora Forbes es que Graham está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que nadie se entere de su relación con Gary.
Bennett ha cultivado un gran talento humorístico, pero no podemos dejar de mencionar su cautivadora escritura, que nos envuelve en atmósferas reconfortantes para, de pronto, hacernos estallar en una gran carcajada; lo sutil mezclado con lo absurdo, una combinación infaltable en cualquier biblioteca particular.
Reseña escrita por Alejandro Díaz, El Péndulo Condesa
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