¿Existe aún algún prejuicio sobre escribir de futbol? Un deporte que por antonomasia pertenece a la verbena popular ¿se nutre o se desvirtúa si se le aborda desde el punto de vista intelectual? ¿Quiénes están más autorizados para hablar acerca del fútbol: jugadores, entrenadores, directivos? ¿Y lo está un escritor? Si en su infancia quiso ser futbolista e incluso formó parte de las fuerzas básicas de un equipo profesional, sí. La frase de Jorge Valdano, “los jugadores imperfectos son los mejores entrenadores”, aplica perfectamente a Juan Villoro, sólo que en vez de ser entrenador escribe de futbol. Su libro Dios es redondo cumple el objetivo de un aficionado que ve el futbol desde una perspectiva privilegiada: el acercamiento a este juego a la vez literario, crítico y periodístico.
El libro aborda los conceptos más elementales para entender el fenómeno del futbol, elementos que muchas veces pueden pasar desapercibidos para el aficionado y aun para la gente dentro de este deporte, pero que en la pluma de Juan Villoro toman una relevancia enorme y llegan incluso a ser reveladores. Desde el papel de la afición y las pasiones que desata un equipo de futbol, los hooligans, el festejo de los goles, hasta el surgimiento de los ídolos, todo tratado con mucha seriedad en un registro con todas las credenciales del ensayo literario. En esta misma línea Villoro habla sobre Maradona, lo que fue como jugador y lo que representa para el futbol mundial aún después de retirado. La liga de España, la llamada “Liga de las estrellas”, con sus fichajes costosísimos, los “galácticos del Real Madrid”, la traición de Luis Figo y los ídolos negros, pasan revista ante el perspicaz entendimiento de este autor mexicano.
Juan Villoro fue testigo en primera persona del último mundial del siglo XX, Francia 98. Como enviado del periódico La Jornada hizo crónicas excelsas de partidos, entrenamientos, viajes, conversaciones y todo tipo de avatares acontecidos en aquel lejano mundial. Asimismo, escribió sobre el primer mundial del siglo XXI, Corea-Japón 2002, desde España, entregando sus columnas a la prensa describiendo sus impresiones sobre este campeonato. El libro culmina con una serie de conversaciones que Villoro sostuvo en diferentes ocasiones con Jorge Valdano, en aquel entonces Director deportivo del Real Madrid. El nivel intelectual de estos dos personajes da a estas conversaciones un tinte desconcertante pero exquisito, por un lado Villoro sabiendo enormidades de futbol y citando frases de los libros de su interlocutor, y por el otro Valdano, con una lucidez hasta incómoda para el lector, hablando de futbol con un lenguaje cercano a la poesía, lo que constituye un verdadero descubrimiento de este personaje. El resultado es la revelación de dos mentes ejemplares que le dan al futbol un enorme impulso, y no sólo literario, sino también al interior del futbol mismo, logrando con esto que si aún existe algún prejuicio acerca del futbol como un fenómeno cultural (en un sentido amplísimo del concepto), se pueda ver y valorar con una perspectiva más vasta; la literaria, por ejemplo, al fin y al cabo lúdica.
Y si esto no es suficiente, he aquí unas citas futboleras del libro de Juan Villoro, que a su vez son citas de otros (no menos autorizados), que harán reconsiderar a más de uno:
"El mismísimo Heidegger se vio sorprendido al ver la forma de correr de Franz Beckenbauer, debido a la vehemencia de éste al correr tras la pelota."
"No hay partido de vuelta entre el hombre y su destino." Samuel Beckett.
En el mundial de Francia 98, Laurent Blanc se disponía a disparar un penal. Años atrás, un error suyo hizo que Francia no fuera al mundial del 94. Ese penal significaba la redención o el hundimiento definitivo de este jugador, y así lo describió Villoro: "Un personaje de Kafka jamás llegaría al balón, un personaje de Conrad fallaría de nuevo, un personaje de Proust usaría seis tomos para narrar su breve lance rumbo al tiempo perdido."
Pier Paolo Pasolini hablando del estilo de juego de Mario Lobo Zagallo: "demostró la diferencia entre el futbol de prosa (Italia) y el de poesía (Brasil)."
"Mis mayores convicciones sobre la moral y los deberes de cada quien se los debo al futbol." Albert Camus, quien jugaba como portero en su natal Argelia.
"El futbol representa la venganza del pie sobre la mano". El poeta Antonio Deltoro.
Jorge Valdano: "En el fondo, el futbol no es un oficio apto para metáforas." [...] "El futbol tiene que ver con lo que Italo Calvino denominaba «identidades leves», se trata de una excusa que nos da una sensación de pertenencia."
«Reseña escrita por Juan Carlos Sánchez, El Péndulo Web»
Un libro para los fanáticos de las canchas y para los ateos descreídos que juran que nunca verán un partido de fútbol, pero viven deseosos de entender el delirio de los fieles. Villoro alterna el sabroso tono de la tertulia con la épica recuperación de los grandes lances: indaga las peculiaridades de un planeta donde la FIFA tiene más agremiados que la ONU, retrata al más desaforado divo de las canchas (Diego Armando Maradona), se adentra en el contradictorio esplendor de la liga española, manda postales indelebles del último Mundial del siglo XX y ejerce el arte de la conversación con Jorge Valdano. Un excelente libro que mantendrá al lector al borde del asiento, como quien contempla un penal en el último minuto del partido.
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