El universo del liberalismo es enormemente extenso y variado. Liberales se han declarado tanto John Maynard Keynes como Milton Friedman, tanto Hayek como Popper. Y a pesar de las ostensibles diferencias entre ellos, no deja de tener sentido que sea así: todos, en mayor o menor medida, comparten una cosmovisión en la que el factor fundamental es la libertad, vector clave a la hora de plantear una teoría de la Justicia o un marco regulatorio para el Estado. En líneas generales, el liberalismo se identifica con una política económica orientada hacia la supresión de los controles y las barreras comerciales, y una regulación flexible de los mercados de capitales. Esta orientación se suele entender erróneamente como una animadversión hacia el Estado, pero, salvo en los posicionamientos más radicales, la idea es más bien ampliar los mercados al tiempo que se diseña un Estado fuerte, pequeño, eficiente y al servicio de los ciudadanos, en lugar de un Estado fofo, con tendencia a deslizarse por la pendiente de la metástasis presupuestaria y el autoritarismo moral. Santiago Navajas, autor entre otros, de Eso no estaba en mi libro de historia de la filosofía, desgrana en este estimulante ensayo las diez razones principales por las que el liberalismo se antoja una opción más que plausible en los tiempos que corren. Sus reflexiones encuentran apoyo en un aparato crítico muy sólido, pero no adolecen del tono críptico, para iniciados, que es tan frecuente en obras de este género. Por el contrario, se trata de un texto que rezuma humor y que se sigue con la pasión absorbente de una buena novela.
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