Este Diccionario de términos filológicos representa, ante todo, todavía hoy, una fuente indispensable de consulta para quien se encuentra frente a una voz o acepción desconocidas. El sistema de exposición es impecable: definición del término en sus varias acepciones, con indicación de sus equivalentes en otras lenguas; ejem plos ilustrativos; autoridades que definen y apoyan su empleo. La amplitud con que Fernando Lázaro Carreter entiende aquí lo filológico (sin olvidar la retórica, la gramática, la psicología) abona igualmente en su favor, pero lo mejor de todo sea quizás la esperanza a que nos incita...Vivimos todavía un período de hondo desacuerdo acerca de la terminología científica, de manera que no hay unanimidad en la designación de hechos estudio fundamentales. De una parte el recelo ante los sistemas de la tradición, de otra la aparición de nuevas disciplinas lingüísticas y literarias, han contribuido a nuestro panorama de inseguridad. Un repertorio de términos como el presente, avalado por la autoridad incuestionable de su autor, ofrece la ventaja de traernos a la mano, en buena vecindad, las formas de ayer y de hoy; convivencia que permita quizás al lector aquilatar de cerca, decantar los materiales ofrecidos. La reflexión inteligente puede hacer el resto y dejar paso a la esperada armonía de nomenclatura.
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