So, you’ve been in trouble. Your -parents tell you they’re calling the bogeyman. You laugh. There’s no such thing!
Then—you hear a sharp knock. Standing at the door is the oldest man you have ever seen. It’s el Cucuy (coo-COO-ee)! With that big red ear, he hears everything!
In this cautionary tale, storyteller Joe Hayes tells about two girls who didn’t believe in el Cucuy until he snatched them up. Of course, the story has a happy ending.
Todos en el suroeste de los Estados Unidos y la gran parte de México han escuchado del Cucuy.
Con su espalda jorobada y su gran oreja roja, el Cucuy fue una vez una parte estándar de la crianza de los niños. Muchos mexicanos y mexicoamericanos te dirán: "Crecí con el Cucuy". "Y hay muchas historias de niños perezosos y desobedientes, que sus pies fueron puestos en el camino recto y estrecho por un encuentro con este ogro.
Aunque los padres de hoy ya no piensan que es apropiado confiar en las amenazas de llamar a el Cucuy, para que venga y se lleve a sus hijos, los jóvenes aún se deleitan en historias de niños y niñas malos, que son mucho peores que ellos, recibiendo el buen susto que se merecen de El Cucuy. Por supuesto los mejores cuentos, como este, siempre tienen un final feliz.
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.