Este libro abunda sobre las condiciones y las características del proceso electoral federal de 2011-2012. Se expone cómo el sistema electoral no puede por sí mismo construir la democracia, porque ese sistema depende de otros factores institucionales y extrainstitucionales que conspiran contra él. El no democrático diseño constitucional, el rol virreinal de los gobernadores, los poderes fácticos, la clase empresarial, la debilidad de los mecanismos de fiscalización del Estado, entre otras variables, tienen un impacto negativo en el sistema electoral nacional, que impiden que este actúe con independencia e imparcialidad. El libro señala que el contexto institucional y extrainstitucional mexicano dificulta que el sistema electoral sea garante de elecciones libres y auténticas; igualmente, se sostiene que es necesario no solo modificar el sistema electoral, sino reformular todo el entramado institucional del país.
En el ensayo se analiza por qué lo electoral no basta para contar con elecciones democráticas. Asimismo, se explica que la cultura jurídica electoral no está a la altura de las circunstancias y se demanda un cambio de paradigma que apueste por un control de constitucionalidad y de convencionalidad oficioso, que hoy por hoy no se practica ordinariamente en las instancias electorales del país. El libro describe el proceso electoral de 2012 y apunta que factores como el papel exacerbado e inequitativo de los medios de comunicación, la compra masiva de votos, así como el desvío ilegal de recursos de los presupuestos públicos, fueron determinantes en la dudosa credibilidad y cuestionada validez de la elecciones de ese año. En uno de sus capítulos se realiza una crítica pormenorizada a la resolución del Tribunal Electoral que calificó como válidas eses elecciones. El capítulo final propone temas de reforma electoral que la vigente reforma electoral de 2013-2014 no contempla, tales como las propuestas para derogar el financiamiento privado o para establecer un método de elección ciudadana directa para nombrar a consejeros y magistrados electorales.
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