Los padres somos los mejores fotógrafos de nuestros hijos; sólo con su presencia, nos regalan infinidad de imágenes especiales cada día. Si conseguimos capturarlas, el paso del tiempo las convertirá en excepcionales. Fotografiar es fácil, lo difícil es mirar. La ventaja es que para aprender a ver esas imágenes no necesitas grandes conocimientos. Cada uno de nosotros tenemos una forma de mirar diferente y única que debemos convertir en especial. Y de eso trata la fotografía. Es su grandeza. Si lo consigues, los siguientes pasos serán realmente sencillos.
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