Un viejo y curtido Marinero es el que detiene a uno de los tres. Por el largo brillo de tu barba gris y el de tus ojos, di por qué de los tres me detienes a mí.
De par en par las puertas del novio están abiertas y yo soy un pariente cercano; los invitados ya llegaron y el banquete comienza, ¿no oyes el alegre alboroto de la fiesta? […]
Mas con el brillo de sus ojos lo retiene y el Invitado permanece inmóvil: escucha como un niño al Marinero que, a su merced y voluntad, lo tiene.
Sobre una piedra se sentó el Invitado, pues nada hacer podía sino oír al anciano. Y así habló el viejo Marinero cuya mirada brilla tanto como el acero […]
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.