Desde múltiples lugares psi- (quiátricos, -coanalíticos) se busca repetir: el autismo está “fuera de discurso”, el autista está “en el umbral del lenguaje”, o incluso es “radicalmente exterior al lenguaje”… La certidumbre indiscutida y autoafirmadade dichas posiciones –clave actual de la construcción, a partir de Leo Kanner, de una nueva figurade la locura– funda con el mismo gesto un saber y un poder inéditos en la economía biopolítica, los de la “función psi”, según la expresión de Michel Foucault.
La autora no se opone a ello afirmando lo contrario. Sino que, manteniéndose más acá, apostando a que los niños llamados autistas sí están, al igual que todo ser viviente, atrapados en el lenguaje, dejando viva la mordedura de la interrogación que sólo un neologismo puede indicar: la del parlêtre. Hacer esa apuesta, jugarse uno, implica necesariamente una elección de concepción de lenguaje. Porque, en cuanto a teorías del lenguaje, no hay más que turbación… se tratará de recordarlas, con sus implicaciones.
Queda la cuestión urgente y decisiva antes de cualquier compromiso: con ese autismo, a esa Psychopathia Autista o, más precisamente en la lengua dominante, Autistic Psychopathy, en pocas palabras, a esa entidad psicopatológica, a ese “cuadro clínico” cuyo marco habrá que ubicar, ¿deben contribuir los psicoanalistas?
Los ocho estudios reunidos aquí intentan una problematización, la del autismo y de las lenguas, preliminar a una toma del “autismo” dentro del campo freudiano.
Marie-Claude Thomas practica el psicoanálisis en París, es miembro de la école lacanienne de psychanalyse (elp)
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