Teatro y filosofía
Jean-Paul Sartre fue de los pocos filósofos que podían llevar a la literatura cuestiones de índole filosófica, hacerlo sin problema, sin ensuciarse las manos y sin siquiera diferenciar una cosa de la otra. Desde su primera novela, La náusea, se prefiguraba esta cualidad del autor francés. Pero no le bastó la prosa, tuvo que ir más allá para satisfacer su necesidad de divulgar la filosofía mediante ejemplos concretos y que pudieran ser observados. Y uno de esos ejemplos fue el teatro.
Prolífico autor de diversas obras de teatro, Jean-Paul Sartre se valió de este arte para hacer tangible una de las más grandes virtudes de la filosofía: el diálogo. Así, mediante la interacción de sus personajes a través de diálogos y situaciones específicas para expresar algún problema filosófico, le dio una gran vitalidad a su dramaturgia.
En La puta respetuosa, por ejemplo, se asiste a una puesta en escena basada en la filosofía moral kantiana, personificada en el ideal de una prostituta de siempre decir la verdad. Al mismo tiempo está una crítica a los Estados Unidos de los años cincuenta, cronotopo donde se ubica la obra, que muestra las injusticias y vejaciones que los blancos cometían sobre los negros. La prostituta se ve envuelta en la tribulación de declarar si un negro la había violado. Ella sabía que nunca ocurrió tal acto, mas convenía a los blancos inculpar al negro. Tratará de convencer a todos de que no puede mentir en su testimonio, que la verdad está implícita en la justicia; pero será persuadida de lo contrario. El conflicto de la prostituta consistirá en tratar siempre de cumplir su imperativo, su conciencia moral que le dicta decir la verdad sin importar las consecuencias.
A puerta cerrada es una puesta en escena sobre la hipótesis de dónde está el infierno, o qué es. Tres personajes son encerrados en una habitación y lentamente se conocen. Desvarían sobre sus motivos de estar ahí, buscan justificarse, fingen ignorar el porqué de su castigo. Recuerdan su paso por la Tierra, escuchan lo que los vivos dicen aún de ellos. Invariablemente tendrán que confesarse sus actos pasados entre sí. Lo hacen, se dan cuenta que todo está bien, nada es un error: están en el infierno. Pero ¿cuál es su infierno?: los otros, estar soportándose unos a otros, todo el tiempo, por toda la eternidad... Esta idea es realmente una alegoría, una forma de decir que el infierno es en realidad el mundo: no es necesario morir para vivirlo. Una idea bastante común en autor como Sartre, cuyo contexto al momento de escribir es el de la posguerra.
A puerta cerrada se estrenó por vez primera en mayo de 1944 y La puta respetuosa el 8 de noviembre de 1946. Desde entonces han sido innumerables las representaciones que se han hecho de sendas obras, ubicando a Jean-Paul Sartre (que rechazó el premio Nobel de literatura en 1964) como uno de los filósofos y dramaturgos más influyentes del anterior siglo.
«Reseña escrita por Juan Carlos Sánchez, El Péndulo Web»
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.