En la década de los setenta, cuando el cine de explotación gozaba de gran difusión y audiencia, empezó a usarse el término "Grindhouse" para referirse a las salas de cine que exhibían cine comercial de baja calidad y presupuesto. Como tributo, Quentin Tarantino y Robert Rodriguez dirigieron respectivamente, en el 2007, Death Proof y Planet Terror, películas que fueron exhibidas juntas bajo el título de Grindhouse, hechas a imagen y semejanza del cine de autocinema en cuanto al argumento y la forma visual. En el intermedio, aparecía el trailer de una película falsa llamada Machete, en el cual, un federal mexicano es reclutado para asesinar a un candidato político.
Rodríguez decidió convertirlo en una película que continúa el estilo visual de Planet Terror pero con un tono de provocación y comentario político, lo que hace que funcione como una fantasía de venganza mexicana, violenta, sarcástica y exagerada; una sátira posmoderna con desnudos gratuitos, mutilaciones al por mayor, políticos corruptos, jefes del narco y prostitutas mercenarias, es un festival de gore que sirve al propósito de hacer un comentario rudo y sin concesiones sobre la incongruencia de las leyes xenófobas de los Estados Unidos, donde luego de perder a su familia y ser traicionado, Machete decide vengarse cruel y escandalosamente del sistema, las leyes y todos los corruptos que lo usaron.
Esta película resulta interesante y efectiva porque trata con desfachatez y humor negro temas serios, además de ser terriblemente incendiaria y políticamente incorrecta. Tratar de entenderla en términos académicos resultaría aburrido y contraproducente. Aunque no apta para fanáticos religiosos, feministas, pacifistas ni políticos, es una experiencia subversiva y catártica que debe verse con sentido del humor, sin prejuicios políticos ni estéticos. La edición en dvd incluye escenas borradas y un track de audio con la reacción del público cuando se estrenó en cines.
Reseña escrita por Gerardo Rivera (Péndulo Condesa)
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