La poesía no es privativa de la escritura, no queda reservada a los límites de las hojas con letra impresa porque necesariamente debe sobrepasar esos límites. Eso lo sabía Mario Santiago Papasquiaro, uno de esos poetas no aceptados por el canon nacional. Tal vez por eso se ha vuelto un personaje mítico. Dice el compilador del libro “Arte & basura”, el también poeta, Luis Felipe Fabre que: “Mario Santiago Papasquiaro es la mejor obra de Mario Santiago Papasquiaro. Empezando porque se llamaba José Alfredo Zendejas y la constitución de un nuevo nombre obedece a una construcción literaria, creó un personaje”. Papasquiaro explica su álter ego de una forma poco común: “Sólo hay un José Alfredo y ese no soy yo”. Su apellido corresponde al pueblo de Durango donde nació la dinastía Revueltas.
Sin embargo la obra de Mario Santiago es difícil de ordenar, clasificar y recopilar, razón por la cual Fabre echó mano del diseñador e ilustrador Alejandro Magallanes para poder dar coherencia a un libro que intenta mostrar, en la medida de lo posible, la caótica y compulsiva forma de escribir de Papasquiaro, quien sabemos era un escritor que utilizaba cualquier superficie para llevar acabo su labor. De tal manera que un poema escrito a doble espacio con pulcras letras negras pierde la fuerza de la acción intervencionista de la cual está dotada, al ser escrita sobre los poemas de los otros, en servilletas, en paredes o en catálogos de arte; por lo cual Magallanes y Fabre logran un acierto cuando deciden mezclar fotografías, dibujos y un diseño atrevido para mostrar una obra que sobrepasa a lo literario y llega a rozar los límites de la intervención y la performance.
A estas alturas para nadie es un descubrimiento que el Ulises Lima de Los detectives salvajes de Roberto Bolaño no es otro que Mario Santiago Papasquiaro, el mismo que se metía a bañar con libro en mano o que nerviosamente viajaba de un lado para otro. Bolaño-Belano y Lima-Papasquiaro, amigos inseparables, confidentes y detectives salvajes han creado una nueva mitología dentro de la literatura reciente. Sin embargo la obra del poeta infrarrealista era poco menos que inasible. Con un par de libros autoeditados y una recopilación ya agotada, “Arte & basura” viene a llenar ese hueco para aquellos que desean saber más de los infrarrealistas y su búsqueda de Cesárea Tinajero.
Reseña escrita po Iván Farías, El Péndulo Polanco
Mario Santiago Papasquiaro no es un poeta correcto ni convencional. Autor de culto para unos cuantos iniciados, su poesía se ha ido convirtiendo en un referente obligado para todos los que se interesan en una tradición alternativa de la poesía mexicana: la de las escrituras marginales, transgresoras, inconformes. La poesía de Papasquiaro son poemas, pero también acciones, gestos, intervenciones: una escritura compulsiva y salvaje garabateada en servilletas, portavasos, facturas y en los márgenes de los libros ajenos. Esta antología presenta una selección inédita de poemas de Mario Santiago, así como facsimilares de sus manuscritos que en su visualidad se revelan como grafías a punto de devenir grafitis, versos más que escritos, dibujados, o quizá meros arrebato. Luis Felipe Fabre, su antólogo, opina que “No, no son correctos lo poemas de Santiago Papasquiaro. Y justo en su incorrección radica su valor. En ellos el trigo no está separado de la paja. En sus mejores momentos, el hallazgo deslumbrante aparece rodeado de versos fallidos generando tensiones difíciles, inestables, desafiantes: Arte & basura. Y hay que comérselo todo junto ... Esta antología es sólo una aproximación, entre muchas otras posibles, a una obra indómita”.
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