Aquí, ni Lord Lambeth ni la joven bostoniana Bessie Alden cumplen con las expectativas de la parte contraria. Pero más allá de las vicisitudes y sorpresas de la trama y su inesperado final, tenemos un certero análisis simétrico que contrapone la conservadora y clasista sociedad británica a la nueva y pujante sociedad norteamericana. Refiriéndose a los ingleses molestos con el texto, el propio James escribía a su amiga Grace Norton: Mientras se les sirvan americanos para su deleite, todo va bien, pero no se puede tocar a sus sacrosantos compatriotas? Para ellos lo normal es que la sátira se ejerza exclusivamente de su lado y a expensas de los norteamericanos.
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