En las tempranas horas del 19 de febrero de 2006, una súbita explosión sacudió una mina de carbón en el norte de México y atrapó a 65 trabajadores en un túnel subterráneo. Napoleón Gómez Urrutia, líder del sindicato que representa a los trabajadores, estaba horrorizado por lo que encontró en la escena: inspectores de la Secretaría del Trabajo y de Grupo México, la compañía operadora de la mina había ignorado el estado notoriamente peligroso del lugar y fracasaban ante el intento de rescatar a los mineros, minimizaban la responsabilidad de la compañía en el colapso y ofrecían falsas esperanzas a las familias que acampaban afuera de la mina. Una semana después de la explosión, el ex Secretario del Trabajo canceló el rescate y abandonó a los trabajadores sin conocer si estaban con vida o sin ella.
La tragedia desató una confrontación entre el Sindicato Nacional de Mineros y las corporaciones transnacionales que ejercen gran poder en el gobierno del país. Por más de siete años, Gómez Urrutia ha librado una batalla en contra de los políticos corruptos de México y de los codiciosos empresarios, insistiendo en que la explosión de la mina ha sido un “Homicidio Industrial” y que los responsables deben rendir cuentas.
Relatada con cierto candor y pasión, El colapso de la dignidad es la historia de Napoleón Gómez Urrutia acerca de la lucha del sindicato, de cara a los traidores, a la agresión armada, a las amenazas de muerte y a una alianza política que se extendió hasta la residencia presidencial de Los Pinos. Mientras Napoleón Gómez Urrutia arregla las absurdas y complejas acusaciones legales, organiza la resistencia desde el exilio en Canadá, devela una conspiración antisindical que se remonta años antes de la explosión, se compromete cada día a luchar por los derechos de los mineros y de los trabajadores de todo el mundo.
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