Dulces de menta. Empújese un par de estos chochos, y con la mirada fogosa y voz anhelosa susúrrele al oído:
“¡Oh mi dios/a de ardiente fulgor!, pon el corazón flexible y el cuerpo accesible; incendiemos el cuarto con pasión y hagamos pedazos el colchón, ¡ahí tú dices!”
Dicho lo cual, proceda a masajear deliciosamente el músculo del amor como Dios le dé a entender y cuando esté a punto de turrón, ahora sí, ¡véngache pa´ ca!, ¡arroooz!
Contenido neto:
50 g. en un empaque metálico de 6 cm. x 10 cm. x 2 cm. aproximadamente.
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