Diccionario para la vida absurda
La vida actual es una paradoja absoluta: aun cuando las multitudes se agolpan en el trasporte, el cine, las plazas, los parques, etc., la interacción entre éstas se ha vuelto cada vez más escasa; sinsentidos como éste nutren la obra de Slawomir Mrozek (Borzecin, Polonia, 1929). "La vida para principiantes" trata de llenar el hueco comunicativo señalado. Así, cuando uno se halle frente a otra persona y, por parálisis evolutiva, no entienda ni jota, podrá consultar este librito para salir del lío.
No se trata de un diccionario como los que normalmente conocemos, sino de otro donde los cuentos hacen las veces de definiciones: a cada entrada corresponde una pequeña historia. Si consultamos “burocracia”, leeremos acerca de lo que al principio parecía un gran hallazgo arqueológico: en una oficina fue hallada una persona debajo de una montaña de documentos, por el tiempo que éstos tenían ahí, se llegó a pensar que el papel era bueno para conservar cuerpos, entre tanto, alguien recuerda que esa persona había llegado tiempo atrás para realizar quién sabe qué trámite. Decepcionados, deciden volver a cubrirlo y seguir las “labores”.
La entrada “literatura” lleva por definición la carta que un contador envía a Suecia para solicitar que le otorguen el Premio Nobel, dos premios si es posible. Argumenta que sus principales obras son el "Libro de entradas y salidas" y el "Libro de balances"; además de haber escrito en coautoría con el almacenista un portento llamado "Inventario". El dinero del premio será utilizado para pagarle al inspector de Hacienda, a quien no le gustaron los libros.
La hipocresía social se pone al descubierto —por si alguien no la ve— cuando consultamos “democracia”, donde un actor es designado para interpretar el papel de Hamlet, pero los productores, en pro de la igualdad de los hombres, piensan que eso es favorecer a uno. Entonces deciden que haya nueve intérpretes del mismo personaje. Todos harán todo al mismo tiempo, para no discriminar. Lo que comienza en un sueño edénico, termina en una lucha a muerte como la de Caín y Abel, pero en nombre de la paz.
Slawomir Mrozek inició su carrera satírica escribiendo historietas que él mismo ilustraba, luego incursionó brevemente en el periodismo y finalmente encontró su lugar idóneo en la narrativa breve y el teatro. Aunque nunca se adhirió a ninguna corriente política, en los años sesenta protestó contra el comunismo de su país. El resultado fue ambivalente: por una parte, el gobierno polaco se encargó de retirar sus libros de todas las librerías y bibliotecas, así como de vetarlo en los teatros, por ello, Mrozek tuvo que despedirse de su tierra natal. Por otro lado, durante sus 33 años de exilio, pudo mostrarle al mundo su ingenio. Hoy es reconocido como el dramaturgo polaco más prolífico de la segunda mitad del siglo XX.
Reseña escrita por Gamaliel Valentín González, El Péndulo Perisur
http://www.acantilado.es/cont/catalogo/docsPot/Extracto_La_vida_para_principiantes.pdf
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