El nombre de Lin y el apellido Durán no tienen rostro ni cuerpo, ni edad por que el lector no la conoce. En silencio la descubre a partir de una voz que accede a ser oída; una voz que responde sólo después de haber reflexionado a lo largo de muchos años.Desde el balcón de la timidez, Lin ha observado desde siempre. Recuerda con viveza y sin temor a equivocarse nombres, lugares, fechas, amores, pasiones, nostalgias, penas y duelos. Asombra una mujer dotada de inteligencia y prevista de intuición. Es el arte lo que captura a Lin, y es la danza el eje congruente sobre el que pende y gira su existir.Responde con prontitud, equipada con el conocimiento para atender necesidades y carencias de la enseñanza de la danza en México. Atenta, Lin estudia, analiza y sintetiza. Aprende cuando enseña, por eso, reparte conocimiento.Permite la creatividad de sus alumnos. Brinda parámetros y concede que sus discípulos entren con facilidad a su propia creatividad, a partir de sus propias vivencias. Escudriña potencialidades y las devuelve a su dueño.En la presente edición el lector tiene la excelente oportunidad de conocer y apreciar parte fundamental de la vida y obra de esta singular mujer que dedicó su vida al quehacer dancístico en nuestro país.
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