Sin autor / Roessler, Arthur (Edicion)
El arte por naturaleza es subversión. Cuestionamiento de la moral y de esquemas sociales. El arte siempre ha reinventado la forma de ver la realidad. Aunque la factura de la época siempre la termina pagando el artista. Tal es el caso de Egon Schiele, grandísimo pintor vienés quien fuera alumno de Gustav Klimt, cuya obra no fue vista con buenos ojos a principios del siglo XX, llevándolo a pasar una dura estancia en prisión de 24 días en las condiciones más miserables.
Los amargos recuerdos de su encierro quedaron registrados en una serie de dibujos de su austera celda, los fríos pasillos y unos autorretratos, demostrando que el arte es un importante refugio en los momentos más difíciles de la vida. Estas imágenes fueron enviadas a su entrañable amigo Arthur Roessler, crítico de arte, quien decidió escribir el relato en primera persona para revivir el tormento de su amigo.
El resultado es un conmovedor relato ilustrado que bien pone en evidencia la doble moral de una sociedad que se jactaba de ser universalista y no obstante, acusó a uno de sus más grandes creadores de pornográfico y perverso. Por otra parte, exalta la nobleza de la creación artística que funge como realidad alterna para sublimar el dolor.
Sugerido por Francisco Goñi (Péndulo Condesa)
En 1912. el pintor Egon Schiele fue detenido y encarcelado bajo la falsa acusación de corrupción de menores. Este es el relato de su estancia de 24 días en prisión, en forma de diario ilustrado con varios dibujos realizados durante el encarcelamiento.''> reseña de usuario
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