En este diario de perplejidades somos testigos de anónimas escenas que resumen los grandes temas que todo arte aspira a recrear: el amor, la soledad, la fantasía, la vida y sus misterios. La imaginación desbordada que nos rescata de la abulia cotidiana aparece en cada uno de los dibujos, cuando los personajes se asoman a la ventana desde la oscuridad de sus habitaciones, una mirada se aclara y podemos reconocer en esos gestos sencillos el mundo en su amplitud. Un hombre a punto de sopear un pan en el café. Una mujer teje un guante muy largo con estambre y aguja. Una mirada humana se asoma desde detrás de una máscara diablesca. Un grupo de varones posa en la playa. Monjes budistas, parejas románticas, retratos familiares, paisajes rurales y marinos, personajes solitarios y en animados grupos. Esta muestra de los dibujos de Ericka Martínez nos divierte con sus trazos al tiempo que detiene el ritmo de la vida, para que podamos contemplarla.
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