AA.VV
Érase una vez una reina que dio a luz una niña cuya piel era tan blanca como la nieve, el cabello tan negro como la caoba y los labios tan rojos como la sangre. La reina decidió llamarla "Blancanieves". Al cabo de unos años la reina murió y el padre de Blancanieves se volvió a casar. La nueva reina estaba celosa de Blancanieves porque ésta era muy bella. No pasaba un día sin que la nueva reina se mirase en su espejo mágico que colgaba de la pared y le preguntase: "Oh, espejo, espejo mágico, dime quién es la más bella de todas la mujeres" y el espejo mágico le contestase que era ella la más bella. Pero un buen día, la respuesta fue que la más bella era Blancanieves.
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