Una nación pequeñita, que duró sólo dos días. Edificada en medio del bosque, con ramas y plásticos como casas y envuelta en música. El reino más pequeño y efímero del mundo. Y fue nuestro, total y absolutamente nuestro.
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.